domingo, 7 de julio de 2019

Método para formar equipos en el aula




En muchas ocasiones se habla de grupos o equipos de trabajo en el aula indistintamente, pero no son los mismo. Cuando nos referimos a un grupo nos estamos refiriendo a un conjunto de alumnos y alumnas que comparten ciertas características o que se encuentran reunidas por alguna circunstancia. Un ejemplo sería toda la clase de 1º de Comercio Internacional, dónde cada alumno puede tener objetivos particulares y conseguirlos individualmente, es decir, no dependen del resto del alumnado de su clase. En cambio, cuando hablamos de equipo, se aplica a las personas organizadas especialmente para realizar una actividad o trabajo. Es decir, los objetivos marcados son comunes a todo el alumnado integrante del equipo y cooperan para conseguirlos.

Por otro lado, aquí aparecen otros dos conceptos, que en muchas ocasiones resulta difícil diferenciar, e incluso no hay un acuerdo total sobre las diferencias. Se trata de cooperación y colaboración.

Aunque son enfoques similares, el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo se utilizan teniendo en cuenta el objetivo que perseguimos, las estructuras, número de componentes del equipo y el rol del profesorado. El aprendizaje cooperativo tiene fines socio-afectivos, es decir, los alumnos se ayudan para lograr una meta y, en cambio, el aprendizaje colaborativo busca desarrollar habilidades personales y sociales.

Según las definiciones de la Real Academia de la Lengua tenemos que:
  • Colaborar: “Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra”.
  • Cooperar: “Obrar conjuntamente con otro para conseguir un mismo fin”.

Atendiendo a ambas definiciones, podemos entender que el término colaborar se refiere a trabajar juntamente con otras personas, preferiblemente siendo un equipo lo más homogéneo posible. Por otro lado, cooperar consiste en trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes, llevando implícito acciones como ayudarse mutuamente o mostrar interés el uno por el otro. Esto implica que el equipo que coopera debe ser lo más heterogéneo posible.

Por tanto, con el aprendizaje cooperativo no se trata de repartir tareas y que cada cual haga lo suyo para luego unirlas, sino que todos se vean involucrados en cada una de las etapas para obtener el mejor resultado posible.

Una vez aclarado que lo que vamos a formar son equipos para que cooperen y realicen una determinada tarea o trabajo en clase, vamos a emplear un método para realizar esos equipos. 

Existen muchos métodos y técnicas para hacerlo, pero considero que la basada en el Método DISC, basado en el trabajo del psicólogo William Marston, es la más rápida y efectiva. Además, se puede adaptar fácilmente a cualquier tipo de clase, independientemente del número de alumnado que tengamos.

No cabe duda de que el trabajo en equipo es un factor muy a tener en cuenta en el aprendizaje de cualquier materia y su valor aumenta cuanto más heterogéneos sean los componentes de este equipo, desde el punto de vista intelectual, social, de género, etc.

Con este método se pretende crear unos equipos heterogéneos que sean capaces de cooperar, ayudarse mutuamente y aportar cada uno lo mejor de sí mismo para alcanzar el objetivo marcado.

El psicólogo William Marston (1893-1947), divide en 4 los diferentes tipos de personalidades humanas, según diferentes factores que predominen en el comportamiento de esa persona:
  • Decisión  [D]. Se trata de aquellas personas que toman decisiones rápidas y se preocupan más por los resultados que por la forma de alcanzarlos.
  • Interacción  [I]. Para todos aquellos que son comunicativos, extrovertidos, optimistas.
  • Serenidad  [S]. Son individuos que saben escuchar y tienen la capacidad de trabajar bajo mucha presión. Al contrario de los primeros, les preocupa más el cómo que los resultados.
  • Cumplimiento [C]. Siguen las reglas y son analíticos, es decir, analizan hasta el más mínimo detalle hasta dar con la solución que mejor les parece.

Por otro lado, que este método este basado en 4 factores, no es casual, ya que lo mejor para el trabajo en equipo, es que esté formado por 4 integrantes. Es el número ideal para realizar cualquier aprendizaje cooperativo con nuestro alumnado. Lógicamente, no siempre tendremos la suerte de poder hacer todos los equipos de 4, por lo que en ocasiones tendremos alguno de 3 o de 5. Llegado este caso, tendremos que valorar que es mejor, si bajar el número o subirlo, dependiendo de las características del alumnado y del trabajo y objetivos a lograr.

Para explicar el método de una manera más sencilla, sin esos casos excepcionales, partiré de la base que tengo 24 alumnos en clase, por lo que puedo hacer 6 equipos de 4 miembros cada uno.

El método consta de las siguientes fases:

1º FASE

Se le facilitará al alumnado la siguiente tabla con los colores para que se identifiquen a sí mismos según sus propias características. Es preferible que el cuadrante vaya sin la etiqueta que resume cada perfil, para conseguir más objetividad y para asegurarse que leen todos los ítems.
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Decisión  [D] (Rojo)
  • Tengo necesidad por dirigir.
  • Si una tarea deja de representar un reto, me aburro.
  • Con las personas soy directo/a y voy al grano.
  • Corro riesgos y busco desafíos continuamente.
  • Tengo capacidad para dedicarme a muchas cosas a la vez.
  • No admito sentimentalismos.
  • Me enfado fácilmente.
  • Soy competitivo y exigente.

Interacción  [I] (Amarillo)
  • Soy agradable y muy sociable.
  • Me gusta trabajar solo/a.
  • Tiendo a confiar poco en la gente en los primeros contactos.
  • Deseo gustar a los demás.
  • Tengo miedo al rechazo social.
  • Suelo mostrar mis emociones.
  • Soy bastante persuasivo/a cuando me lo propongo.
  • Influyo con facilidad en los demás.

Serenidad  [S] (Azul)
  • Me aburro ante tareas/trabajos repetitivos.
  • Soy exigente.
  • Trabajo bien bajo presión.
  • Se me da bien escuchar a los demás.
  • Me gusta el trabajo en equipo.
  • Soy tímido/a y reservado/a
  • Soy bastante disciplinado/a en las tareas a realizar.
  • Soy muy perfeccionista.

Cumplimiento [C] (Verde)
  • Me gusta ayudar a los demás.
  • Muestro un semblante relajado y tranquilo.
  • Soy bastante independiente.
  • Soy testarudo/a y firme.
  • Me gusta seguir las normas.
  • En ocasiones soy algo desafiante y con falta de tacto.
  • Me gusta analizar todo antes de actuar.
  • Soy bastante modesto/a.

Después, se les pedirá que rellenen esta pequeña ficha indicando el número de características y aspectos de cada uno de los cuadrantes que identifiquen como propias. Solamente tendrán que indicar el número, pero no poner cuáles son, con el fin de que realicen esta fase con la mayor sinceridad posible.
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2º FASE
Una vez tengan cumplimentada la ficha con el número de cada color se distribuirá la clase en cuatro grupos, uno en cada esquina del aula. Por tanto, los que tienen un número mayoritariamente rojo irán a una de las esquinas, haciendo lo mismo con los otros 3 colores y las otras 3 esquinas restantes.

En esta fase se puede optar por hacerla sin necesidad que el alumnado se mueva por la clase. En ocasiones las clases de al lado o de debajo quizás lo agradecerán. Por tanto, si se opta por recoger cada ficha, las fases siguientes las realizaría el profesor indicando directamente,  tras el análisis de las fichas, los equipos de trabajo. 

No obstante, la interacción que se produce al distribuirse en el aula y que ellos mismos vean cómo se va formando el equipo ayuda a conocerse entre ellos un poco más, crear un buen clima en el aula y sobretodo transparencia en el proceso, por lo que yo recomendaría que, con el menor ruido posible, se realizara la primera opción planteada.

3º FASE
En esta fase equilibraremos los 4 grupos, para que los 4 tengan el mismo número de alumnado, concretamente 6. 
La forma de hacerlo será siguiendo los siguientes criterios:
  1. Si hay alguien con un numero igual entre dos colores, se cambiará al grupo donde haga falta alumnado.
  2. Después se preguntará al grupo más numeroso por su segunda puntuación, por tanto, si en segundo lugar alguien tiene el color azul, siendo su grupo actual el verde, se traspasaría de grupo.
  3. Se repetirá lo anterior con los demás colores hasta que se queden los grupos equilibrados.
  4. Si fuera necesario se recurriría al tercer color, aunque no es lo habitual.

4º FASE

Una vez están equilibrados los grupos se les pedirá que se enumeren del 1 al 6.
En esta fase tendremos a la clase dividida en 4 grupos más o menos homogéneos, por lo que es interesante tenerlo en cuenta por si fuera necesario para alguna otra actividad o trabajo que requiera esa homogeneidad.

5º FASE

En esta última fase se construirán los equipos de trabajo según el cuadro siguiente. Lógicamente se podría hacer de varias formas, quizás más sencillas, pero prefiero hacerlo así ya que de esta forma no esperan los cruces de números, por lo que la enumeración que hagan de sí mismos no condiciona la formación de equipos.

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No obstante, es conveniente que antes de ejecutar esta distribución se compruebe que los equipos se quedarían igualados también en cuestión de género, ya que si según el cuadrante el primer equipo lo forman 4 chicas y hay otro con 4 chicos, se debería retocar este cuadrante, al menos, para intentar conseguir la máxima igualdad sin alterar los demás criterios.

Por último, se debe tener en cuenta el tipo de grupo que tenemos, por lo que no es lo mismo aplicar esta técnica a clases muy numerosas que a clases con un número reducido de alumnos, por lo que hay que planificar bien esta técnica con antelación y verificar minuciosamente su aplicación, para adaptarla a nuestras necesidades si fuera necesario.

Se puede descargar este método en PDF aquí: 

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